Martín Miguel de
Güemes
(Salta, 1785 - 1821) Militar y patriota
argentino. Gobernador de Salta desde 1815, organizó las partidas guerrilleras
que impidieron el avance del ejército español en el Alto Perú, permitiendo a
San Martín la preparación del ejército de los Andes.
Descendiente de una acaudalada familia
que le pudo brindar una esmerada educación, cursó estudios en el Colegio de San
Carlos de Buenos Aires. Desde la adolescencia manifestó una clara vocación
militar y desde los 14 años sirvió en el regimiento de infantería de su ciudad
natal. Participó luego en la defensa del Río de la Plata contra la invasión
inglesa. Liniers le nombró en 1807 su ayudante y teniente de su escolta de
granaderos.
Al morir su padre en 1808 regresó a Salta para hacerse
cargo del patrimonio familiar. Abrazó luego el movimiento independentista de
1810 y formó un grupo de caballería con el que se situó en Humahuaca, con
objeto de interponer una fuerza patriota entre las filas realistas del Alto
Perú y del Río de la Plata. Combatió en las batallas de Cotagaita y Suipacha,
pero tuvo divergencias con Juan
José Castelli y volvió a Salta.
Tras la derrota de Guaqui en 1811, protegió la
retirada de Pueyrredón, lo que le valió alguna popularidad. Manuel
Belgrano, que sería luego su amigo, le
mandó a Buenos Aires. Asistió al cerco de Montevideo hasta fines de 1813 y
ascendió a teniente coronel. Entonces fue enviado con una expedición en socorro
del ejército del norte, derrotado por Pezuela en 1813. Volvió a Salta y reclutó
campesinos con los que formó un ejército. En enero de 1814 el general realista
Ramírez de Orozco ocupó Jujuy, pero Güemes llegó hasta allí y logró contener el
avance, regresando los españoles nuevamente al Alto Perú en agosto del mismo
año.
Güemes fue elegido gobernador de Salta
en 1815 y realizó entonces una reorganización defensiva del territorio. Declaró
a toda la población en Asamblea y adoptó como tipo de organización militar las
partidas guerrilleras: cada veinte o treinta vecinos constituían una partida a
cargo de un oficial, que dirigía los ejercicios militares. Sus unidades más
efectivas eran las de caballería, compuestas por auténticos gauchos. Eran
grupos armados que se movían continuamente a caballo, sin apearse apenas, y que
resultaron formidables para romper y destrozar las fuerzas realistas,
compuestas fundamentalmente de infantería e integradas por indios. La
caballería de Güemes practicaba la guerra de guerrillas con contundente
eficacia. Los gauchos salteños lograron evitar varias veces que las tropas realistas
avanzaran desde el Alto Perú hacia la región rioplatense.
Mientras tanto, Rondeau había fracasado
en la tercera incursión argentina al Alto Perú. Tras la derrota de Viluma
(1815) y, sobre todo, después de la de Sipe Sipe (28 de noviembre de 1815), los
españoles se lanzaron de nuevo a la conquista del Río de la Plata. El virrey
Pezuela había delegado el mando en José de la Serna, que recibió la orden de
invasión en un momento muy favorable para la restauración del poderío español
en toda América. La situación para las tropas patriotas era dramática y Buenos
Aires temió una catástrofe.
Fue entonces cuando Güemes
realizó su mejor actuación militar, defendiendo la frontera frente los
realistas con sus gauchos, mientras José
de San Martín preparaba en el oeste el
Ejército Libertador. Rondeau quiso sustituir a Güemes y ocupó Salta, pero el
caudillo salteño le sitió en marzo de 1816, llegando ambos jefes a un acuerdo.
Güemes siguió resistiendo a los españoles en la frontera, sobre todo después de
que Pueyrredón ordenara la retirada de las tropas porteñas de Tucumán. En
noviembre de 1816 se produjo la esperada invasión realista. Olañeta ocupó Jujuy
en enero de 1817 y José Canterac en 1819, pero sin poder penetrar al interior.
Güemes siguió con su guerra defensiva y fue nombrado por San Martín jefe del
ejército de observación del Perú.
Los jefes
políticos y militares argentinos entraron posteriormente en muchas divergencias
y Güemes tuvo que enfrentarse con el gobernador de Tucumán, venciéndole en
1821. Luego llegaron nuevamente los realistas, dirigidos ahora por Guillermo
Marquegui, cuñado de Olañeta, que ocuparon otra vez Jujuy, aunque tuvieron que
rendirse más tarde. Ocurrieron entonces algunos desórdenes en Salta, debidos al
descontento producido por la presión fiscal impuesta por Güemes. Olañeta quiso
aprovecharla, enviando allí al general José María Valdés, que tomó Salta el 7
de junio de 1821. En el combate resultó herido Güemes, que murió diez días
después como consecuencia de la herida en la Cañada de la Horqueta, adonde se
había retirado. Los patriotas recuperaron Salta en julio siguiente.
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